Este proyecto consistió en transformar por completo un antiguo local comercial de 100 m² útiles, ubicado en la planta baja de un edificio residencial en el centro de Valencia. El enfoque del trabajo combinó el respeto por los elementos originales con una reinterpretación contemporánea del espacio, buscando equilibrio entre carácter y funcionalidad.
Se conservaron y pusieron en valor las vigas de madera estructurales y algunos tramos de ladrillo cara vista, integrándolos dentro del conjunto. El uso de microcemento continuo en un tono claro ayudó a unificar visualmente los espacios y a maximizar la entrada de luz natural.
En la fachada se colocaron nuevas carpinterías metálicas en color gris antracita, con vidrios de gran formato que favorecen la conexión entre el interior y el exterior.
El sistema de climatización se resolvió mediante conductos ocultos en falso techo, priorizando tanto el confort como la eficiencia energética.
La cocina se planteó con una distribución limpia, sin muebles altos, con frentes lacados en verde y pavimento cerámico en tonos cálidos, lo que aporta ligereza visual y continuidad con el resto de la vivienda.
En el baño se instalaron revestimientos cerámicos puntuales, papel vinílico efecto textil y un espejo de suelo a techo sobre mueble suspendido, generando amplitud y una atmósfera serena. La iluminación indirecta completa la intervención, aportando calidez y coherencia en todos los espacios.